Se lleva a cabo un censo en las zonas invadidas en esa Área Natural Protegida
Durante el recorrido que comprendió la visita a tres puntos estratégicos cercanos a las colonias Josefa Ortiz de Domínguez, San Lucas y Campo Morado, se observó el establecimiento de viviendas en diferentes estratos y etapas de construcción, desde pequeñas techumbres hasta casas consolidadas de concreto, todas ellas sin sistema de drenaje o de saneamiento de agua, afectando directamente a los mantos freáticos, los cuales proveen del vital líquido a más de cuatro sistemas de agua potable; así mismo se observaron pequeños basureros, algunos de ellos quemados, el derribo de arbolado y la extracción irregular de recursos naturales como piedra y leña.
En este sentido, las autoridades participantes en coordinación con los comuneros como dueños y poseedores de la tierra, afirmaron que esta es la primera de una serie de acciones que continuarán para establecer una estrategia que permita el rescate y conservación de esta zona, cumpliendo con la normatividad ambiental, pero siempre cuidando los derechos humanos de los posibles afectados.
Es importante mencionar que este censo se llevó a cabo con el respaldo de los comuneros, concluyendo el recorrido sin ningún altercado y de manera pacífica.
Cabe señalar que hasta el momento se tiene un registro de aproximadamente 90 hectáreas invadidas, dentro de una superficie de 258.93 hectáreas decretadas como Parque Estatal, por lo que el objetivo de estas acciones es contar con un dato fehaciente de la superficie afectada por los asentamientos irregulares que ocasionan la alteración del microclima, la pérdida de la biodiversidad, y por ende, el deterioro ambiental.
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